Se ha dicho una y otra vez, y se seguirá diciendo, que hay estrellas que no se atreven o no quieren hablar de su afición a la cirugía plástica. No quieren hablar de las operaciones a las que se han sometido para cambiar o corregir rasgos de su cuerpo, especialmente los de la cara, que no les gustan.
En cambio, muchas otras estrellas de la telerrealidad, el cine y el espectáculo no tienen reparos en hablar de ello públicamente, incluso presumir de sus beneficios y, llegado el caso, alardear de haberlo hecho, e incluso rehecho.
La historia de Blake Lively
En este contexto, entra en escena la famosa actriz estadounidense Blake Lively. Esta encantadora actriz estadounidense, nacida el 25 de agosto de 1987, es famosa por su papel de Serena Van der Woodsen en la serie Gossip Girl. Y desde su meteórico ascenso como artista, no ha desaprovechado la oportunidad de darse un cambio de imagen con el bisturí y el cirujano plástico.
Aunque en opinión de todos los observadores, fans y sobre todo internautas esta actriz es una belleza poco común. Se podría decir, francamente, que es muy guapa. O dicho de otro modo, que era muy guapa antes de pasar por la mesa de cirugía plástica. Pero desde entonces, se ha convertido en un símbolo sexual.
El orgullo de Blake Lively
Esta belleza estadounidense está orgullosa de muchas cosas. En cuanto a su aspecto, está orgullosa de su belleza y de sus nalgas. Sus nalgas, reconstruidas por un cirujano plástico para aumentar su tamaño. Pero también está orgullosa de su aspecto infernal. En pocos años, se ha convertido en el ídolo de muchos jóvenes y mayores estadounidenses, que la encuentran extravagantemente bella.
Además, la actriz está especialmente orgullosa de sus hijos. Tienen tres hijos preciosos y ellos son su vida. Hay mucho que entender sobre ella.
A lo largo de los años, Lively se ha sometido a intervenciones quirúrgicas en varias zonas de su cuerpo. Sus dientes se han vuelto más blancos y están muy bien alineados. También se ha operado la nariz.