Michael Jackson siempre ha sido duramente criticado por su decisión de someterse a innumerables operaciones de cirugía plástica que, según las revistas de cotilleos, representaban una especie de rechazo de su origen afroamericano. De hecho, entre las diferentes tonalidades de color perdidas de la piel, los continuos retoques no sólo de la nariz sino también del corte de los ojos, los pómulos y la boca, parecía que Michael quería convertirse en una persona diferente.
Por supuesto, el cantante huía de sus orígenes, pero en un sentido limitado: el verdadero propósito de la cirugía plástica de Michael Jackson era dejar de parecerse a su padre Joseph Jackson.

Michael Jackson

«Tengo que borrarlo, tengo que cortarlo. Incluso ahora, cuando me miro en el espejo, veo sus rasgos, no puedo soportarlo», confesó un Michael de 30 años a su representante Frank Di Leo, quien le dijo que dejara el cirugía plástica para no asustar ni alienar al público.
Michael tenía muy mala relación con su padre: el octavo de 10 hermanos, aunque desde pequeño le dio grandes satisfacciones formando los Jackson 5 con sus hermanos, recibía violentas palizas del progenitor, que a veces le ayudaba con el cinturón de los pantalones. Incluso de adulto, el cantante seguía temiendo a su padre, hasta el punto de que si éste venía a visitarle durante los conciertos, Michael entraba en pánico.
Así lo reveló el mánager Mark Lamica, que heredó algunos de los cuadernos de Frank Di Leo cuando éste falleció (dos años después de la muerte de Michael Jackson). Di Leo había pedido a Lamica que publicara sus escritos, lo que ocurrirá pronto, en cuanto se elija el editor que imprimirá el libro. Mientras tanto, sin embargo, Lamica ha dejado escapar algunos detalles interesantes sobre la vida del cantante, con el fin de despertar la curiosidad del público.

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